Luna llena de noche a todos encandila, miles de amantes la cortejan y acompañada por hordas de margaritas, ríe y juega por lo cielos; con sus admiradores, embelezados por su belleza, cantando hermosas poesías en su honor, corre y salta cual mariposa en primavera.
Todo se viste de seda y plata, los astros se cubren con plumíferas máscaras.
Lluvia brillante cae desde el infinito dando toques de diamante al oscuro firmamento y engalanando la fiesta.
Todo es perfecto, la música de los anillos de saturno suena como nunca y la Luna, reina de la fiesta, baila y sonríe coqueta por todo el firmamento.
Cuelgan de las estrellas centenares de perlas regaladas por los extasiados enamorados para la bella Luna, la cual con un coqueto guiño agradece sus presentes.
Un amante dice:
Luna, que hermosa te vez esta noche, tu blancura me encandila, la luz de tus ojos me embeleza, tus labios dan celos a los rojos corales y tu cuerpo envidian las ninfas.
Que aroma tiene tu cabello dulce Luna, que con solo acercarme me embriaga y sin voluntad alguna caigo a tus pies.
Tu voz, mas dulce que la ambrosía, delata los placeres que a tu lado obtendré sin ni siquiera tus embelesadoras palabras los mencionen.
Luna, alcanzable sólo de noche y al compás del brillos y resplandor de las estrellas, junto con el alegre compás de la música de los planetas, podrías tu, inmortalmente hermosa, entregarte a mi para con cariño cuidarte, con amor protegerte y con pasión satisfacerte.
Luna:
Amado amante, ¿prometes las penas de mi alejar? ¿Prometes con tus brazos protegerme de la maldad?
¿Puedo confiar que contigo seré feliz y que en tu pecho tranquilidad encontraré?
Todo fundido en luz, la fiesta en su apogeo. Todos en el cielo gozaban, gritos de alegréa daban y la hermosa Luna feliz por fin se encontraba luego de las tinieblas sufridas por la anterior sombra que antes la ocultaba.
Al despuntar el alba, toca la Aurora. Todos sus mascaras se quitaron y al ver la hermosura de la Aurora fueron corriendo a encontrarla.
La bella Luna perdió su brillo y su encanto, pero su corazón aún latía acelerado al compás del amor enamorado.
Mas pobre luna que candorosa al brillo del sol se veía, al mirar a su lado sólo vio una silla vacía. Ningún amado amante a su lado yacía, sola se ha quedad con sus manos vacías.
Éste amor eterno me ha jurado, llorando decía, mas en un vil engaño por apariencias adolecía. Aprende ilusa Luna, que quienes por apariencias se acercan ninguna sincera pasión traerán, mas espera presta blanca Matov, que con el tiempo un verdadero amor te descolgará del cielo y te llevará por siempre en su corazón.
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citas tomadas del segundo sexo de la simone de beauvoir
"El día en que la mujer pueda amar con su fuerza, y no con su debilidad, no para huir de sí misma, sino para encontrarse, y no para renunciar, sino para afirmarse, entonces el amor será tanto para ella como para el hombre una fuente de vida y no un mortal peligro."
"Las empresas del hombre son proyectos y fugas al mismo tiempo: se deja devorar por su carrera y por su personaje, y se muestra importante y serio con mucho gusto. La mujer se opone a la lógica y moral masculinas, y no cae en esas trampas, lo que a Stendhal le gustaba tanto; no elude en el orgullo la ambicigüedad de su condición, no se oculta tras la máscara de la dignidad humana, y descubre con mayor sinceridad sus pensamientos disciplinados, sus emociones y respuestas espontáneas."
"Se ha dicho muchas veces que la mujer se viste para excitar los celos de otras mujeres, celos que son, en verdad una prueba brillante de su éxito, pero ésa no es su única finalidad. A través de las manifestaciones de aprobación, admirativas o envidiosas, la mujer busca una afirmación absoluta de su belleza, de su elegancia y de su gusto: una afirmación de sí misma. Se viste para mostrarse, y se muestra para transformarse en ser."
El segundo sexo de Simone de Beauvoir, 1942
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