sábado, 27 de octubre de 2007

Una pequeña ventana...

Estrellita, estrellita
Dime que no es un sueño
que no me tendré que ir de donde estaba.

Que ya no seré llanto y tristeza
ya que a su lado estrellita
todo podré aguantar

Estrelita, estrellita
te voy a pedir un deseo
que este amado mío resulte certero
que me cuide y me proteja de la temida oscuridad
que me bese por las noches y antes de despertar
Que cuide esa luz que le acabo de entregar
y que junto con la suya, no se apaguen nunca mas
Por favor que no pierda, el ruborizarme al hablar
al decirle que lo quiero y algunas cosas mas...
Que viva muchos años, para poderlo amar
darle mis caricias y mi manto para poderlo abrigar

Concédeme estrellita, que en mis brazos pueda llorar
cuando tenga frío para poderlo consolar.
Que me mire con ternura cuando diga algo demás
que se ría de mi locura y niñería y que vea que hay detrás.

Estrellita, estrellita, de dulce mirar
que esto no sea un sueño
ya que no quiero despertar

Siento estrellita mía
que alguien porfin logró sacar
todas las sonrisas francas que tanto me costó gestar
Cuando siento su aliento
Cuando siento su andar
no sueltes mi mano cariño
eres tu por quien quiero luchar

El diario de una mujer cualquiera

Querido Diario:
Me encuentro nuevamente recurriendo a ti como una casi engañadora forma de desahogarme de la soga que tengo, o que avece yo misma pongo al rededor de mi cuello.
Como es natural en un diario de vida, partiré contando, bueno, mi diario...
Hoy fue un día como cualquiera y eso es lo que lo hace insoportable. Hace bastante tiempo ya que tengo este tipo de días y realmente no me agradan.
Salté de mi cama a eso de las 9, antes que sonara el despertador ya que el horroroso calor que inunda al departamento por las mañanas como una nube pegote es mas eficiente aún que la alarma de mi despertador de ratón Mickey.
Este calor sofocante me envía automáticamente hacia la ducha, es más, creo que debe haber algún tipo de huincha transportadora ya que no me explico como llego al baño y me quito la ropa ya que con los ojos cerrados por las lagañas y aún dormida dudo que esa tarea sea fácil de hacer por mi misma.
Prendo el agua para darme una reconfortante ducha...esperen, ¿dije reconfortante? perdón, una terrible ducha que hace el corte tajante entre mis sueños y esos "días cualquiera". Esa bendita regadera parece mirarme por cada orificio de donde sale el agua y gritando ¡despiertaaaa!.
Ello, ello, maldito ello otra vez.
Y así continúa mi día, con una taza de café al frente revolviéndola casi por inercia y mirando por la ventana el radiante y sofocante día.
Salgo a la calle y siento como el sol quema mi blanca piel, que de blanca le queda solo el nombre ya que con estas salidas poco a poco ha ido tomando un tono "caribbean" como el de los autobronceantes, ¿ que suerte no? y no gasté ni un solo peso, con tal de que no use bikini y no se note mi quemada tipo camionero todo OK.

Me pongo la chaqueta, me saco la chaqueta, me la pongo me la saco y así con esta indecisión térmica ante la variable de temperatura entre la luz y la sombra llego al gentil paradero que espera sonriente y burlón para que pose mi trasero en él media hora hasta que pase la condenada micro y me recoja, para sentarme nuevamente, en los finos asientos de imitación cuero que poco disfruto ya que con los constantes saltos me lo paso mas con la cabeza pegada al techo.

¡TARDE!
Otra ves retrasada, siempre he querido experimentar un solo día sin medición alguna del tiempo en general. Que alivio tendría; pero por estos días la gente tiene un reloj en el culo como parte de su organismo ¡estoy segura! y avisa cuando llegas tarde haciéndoles doler, es la única explicación que tengo para la tropa de desesperados en las calles, y eso no es todo, están casi desarrolladas por completo las bocinas para manifestar su dolor de culo " retraso" ya que la capacidad de hablar se les extingió casi por completo...


ESTA HISTORIA CONTINUARÄ...